La tarde comenzó tranquila. Los aficionados de 'La Roja' tomaban posiciones para ver el partido de España ante Paraguay, en una de las pantallas gigantes instaladas junto al Bernabéu. Poco a poco, los nervios afloraron con el transcurso del encuentro. España hizo una primera parte modesta, y la gente se llevaba las manos a la cabeza. El fantasma de cuartos asomaba la nariz. La segunda mitad fue un rosario de llantos, sustos y alegrías. Iker paró un penalti, Xabi falló otro y finalmente Villa metió el único gol del encuentro. Rostros de felicidad entre los aficionados. Alguno casi se desmaya de la emoción. Muchas uñas comidas, pero por fin, España, después de 60 años, está en semifinales de un Mundial.