Las alcantarillas siguen siendo el objetivo de los que van a vender a la chatarra los metales que encuentran en la calle. En Sevilla el año pasado se robaron más de 1200 placas de hierro entre alcantarillas y rejillas de la calle. El hierro los chatarreros lo compran a 20 céntimos el kilo, dependiendo del peso de la tapadera de metal, los amigos de lo ajeno pueden sacar entre 3 y 8 euros la pieza. Algunas chatarrerías aseguran que son muchos los que aún siguen llevando a su establecimiento tapaderas de metal, pero los chatarreros que se ciñen a la legalidad no las acepta porque además de estar prohibido mensualmente tienen que llevar un informe de lo que han adquirido en el mes para declarar que su chatarra no es robada. Lo que para unos es un negocio para los viandantes se convierte en un peligro, porque cualquier agujero abierto en la calle puede ser causante de un accidente para el peatón. Si tiene algún percance puede denunciarlo y reclamarlo al ayuntamiento, que es quien debe vigilar que no pueden existir esos peligros para los ciudadanos.