Puntuales, los piquetes anuncian a las puertas de esta terminal de Lisboa el caos que van a vivir hoy los aeropuertos portugueses. Dentro los paneles no dejan lugar a dudas: más de 500 vuelos cancelados, según las aerolíneas lusas. Y el efecto en España ha sido inmediato: ningún avión de Iberia volará hoy entre Madrid y Lisboa y tampoco funcionarán las conexiones que matiene con Air Nostrum en Oporto. Se espera que controladores y pilotos se sumen en bloque a este paro nacional que dejará también sin rutas con España a las compañías de bajo coste y por tierra. Ni metro ni autobuses urbanos. Sin posiblidades de ir a trabajar. Incluso muchos que creen que la huelga hará aún más daño tendrán que quedarse hoy en casa. Y en la calle se quedará también la basura porque todos estos camiones no han salido a recogerla. Y aunque hay servicios mínimos en trenes, hospitales. Se espera un amplio seguimiento entre los funcionarios. Ellos padecen en primera persona el plan de austeridad del gobierno socialista que recortará sus salarios en un 5%. Desde la CGT piden un cambio de estrategia porque ese plan también sube los impuestos, incluso el IVA, congela las pensiones, recorta las  beneficios sociales y las inversiones y auguran que así sólo puede aumentar el desempleo y la pobreza de los portugueses. Motivos que han unido a los dos sindicatos mayotritarios en la primera huelga general que convocan en 22 años.